U N A P A L A B R A T U Y A
Marcos 8,34-9,1
En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: "El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará. Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras, en esta generación descreída y malvada, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre entre los santos ángeles." Y añadió: "Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reino de Dios en toda su potencia." HOY COMENTA EL EVANGELIO SOFIA LAHOZ (Profesora de ESO)
¿Qué me niegue a mi misma? Bueno, bueno Jesús eso se podrá hablar…. Ya llegaremos a un acuerdo. ¿No te estás poniendo un poco drástico? Todo es negociable…
¿Qué tome la cruz y te siga? ¿Pero en qué mundo vives? Ya no hay cruces, ni sufrimientos, ni sacrificios, ni lágrimas, ni penas. Desde que el YO ha pasado a ocupar el primer plano de mi vida, ésta la tengo llena.
¿Llena de qué?
Jesús es claro, como siempre. No hay medias tintas. O se está con El o se está contra El.
Su proyecto de HOMBRE con mayúsculas pasa por despojarnos del YO y revestirnos del TU. Pasa por ir contra corriente. Hay que despojarse el hombre viejo y de su envidia, afán de poder, triunfo y dinero, olvidarse de su egoísmo, de su angustia, de su egocentrismo. Pasa por revestirse el HOMBRE NUEVO, aquél que sólo lleva en su mochila de la vida la confianza plena en Dios.
¿Por qué nos cuesta tanto dar este paso?
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