U N A P A L A B R A T U Y A
San Marcos 3,13-19.
Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios. Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe,Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó
HOY COMENTA EL EVANGELIO ROBERTO CARRILLO (Profesor de ESO y Bachillerato, miembro del equipo de pastoral)
Cuando leo este texto bíblico lo primero que nos puede llamar la atención es esa expresión “poder de expulsar a los demonios”¿Qué significa eso de expulsar demonios? La verdad es que uno se imagina lo más raro. Ciertamente Hollywood ha hecho mucho daño en nuestra imaginación. Da la sensación de que Jesús elige a los doce para dedicarse a ir haciendo “numeritos” más propios de la ciencia ficción que de la realidad.Fijarse en este punto puede distorsionar el sentido mucho más profundo de este texto. Jesús elige a los doce para que estuvieran con él, para que compartieran su vida, para que fueran testigos históricos del acontecimiento que ha marcado la historia de la humanidad, para que sintieran la presencia de Dios hecho hombre de la forma más directa. Esto si que es alucinante y único. Imaginemos hasta que punto impactaría toda esa experiencia en sus corazones y en sus vidas que no pudieron callársela. Sentían la necesidad de transmitirla con la misma frescura e ilusión con la que uno cuenta el nacimiento de su hijo, una sorpresa recibida o simplemente unos buenos resultados académicos, en definitiva aquello que nos hace felices y llena nuestra vida de sentido. De “demonios” ya hablaremos otro día.
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