U N A P A L A B R A T U Y A
Juan 15,12-17
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros
Que fácil sería todo si nos propusiéramos como primer pensamiento al prójimo “el amor”. Cada vez que hablamos de él, se nos ilumina la cara, se dilata el tiempo y las ganas de vivir. Tenemos descritas mil formas de amar, amar a tus padres, amar a tu mujer o marido, novio o novia a tus hijos, a tus hermanos, compañeros y amigos. Y sin embargo, parece que nos guardamos el deseo para momentos especiales, eventos importantes o festividades. Si analizamos el mundo desde la perspectiva del amor, cambiaríamos la concepción de las cosas. El verbo tener no sería importante y el ser primaría nuestra vida. Nos querríamos solamente por ser y nos conoceríamos por las ganas de sabernos, como los discípulos querían saber de Jesús. Sonreiríamos hasta dormidos, porque tendríamos la tranquilidad de que al día siguiente el pastel también se repartirá y nosotros comeremos un trozo. Amémonos los unos a los otros y no escatimemos en besos, abrazos y sonrisas. Sin duda el principio de justicia universal no haría distinciones entre las personas, pues no vale dinero.
Un beso y un fuerte abrazo a todos. ¡¡¡Feliz día!!!
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