la otra crónica

La crónica oficial

A las 19:00 del martes 7 de septiembre, quedamos en el colegio para tener la eucaristía de envío al camino de santiago, la presidio el Padre Javier Nicolay, y en la que nos hablo de lo que significa ser peregrino.
Después de despedirnos de los padres y amigos que acudieron a acompañarnos bajamos caminando hasta la estación de Atocha, donde en cercanias fuimos hasta la estación de Chamartin, desde allí a las 22:30 nos montamos en un tren, del cual ocupamos dos un vagón y parte del otro, con la intención de dormir, algunos lo intentamos otros no mucho, pero todos llegamos a Sarria a las 6:37, con sueño pero con muchisima ilusión nos encontramos con Carlos Cruceiro y Almudena que habían salido por la tarde con el coche de apoyo.
Comenzamos a andar durante 3 kilómetros por un bosque, a oscuras, iluminados solo por las linternas y por la ilusión, y como no Galicia nos saludo con su habitual saludo la lluvia. Un desayuno calentito cola cao y unas magdalenas ya había amanecido cuando empezamos a caminar de nuevo, y luego caminar, caminar y caminar, por unos paisajes preciosos, mientras íbamos haciéndonos a los saludos de los peregrinos, a las cuestas arriba que pensábamos que eran las malas y a la cuestas abajo que descubrimos que eran las peores, en Ferreriros comimos un poco de chocolate y una manzana e hicimos la oración de la mañana, entorno al texto de Gn 12,1 “sal de tu tierra” Abraham el primer peregrino que es un ejemplo de fe y de búsqueda.
Luego ilusionados pensando que ya estábamos seguimos pero no estábamos nos quedaban todavía 15 kilómetros que se nos han hecho más largo de lo que nos imaginábamos, pero al final se llegó, como siempre.
El grupo de cocina nos preparó unos estupendos macarrones con tomate y filetes de lomo, que comimos en un parque en el kiosco de la música para resguardarnos de la lluvia, que seguía acompañándonos en el camino. A las 17 de la tarde nos abrieron el polideportivo donde íbamos a dormir. Nos instalamos y nos dimos una merecida ducha, algunos con agua fría. La oración de la tarde y la cena completaron la jornada. Cansados pero contentos y satisfechos nos preparamos para acostarnos. ¡!A ver si dormimos más que ayer!!