La otra crónica 9-9-10

Dormimos mejor, mucho mejor, que el día anterior, las colchonetas del polideportivo y el sueño que teníamos atrasado lo facilitaron, aunque las seis de la mañana llegaron pronto, y a esa temprana hora comenzamos el nuevo día desayuno recoger y al camino, de noche, aun quedaba más de una hora hasta que se hiciera de día, toda la salida de Porto Marín atravesando el rió, y subiendo por un escarpado bosque, lo hicimos de noche, medio dormidos pero empezando a intuir lo que nos esperaba el camino, poco a poco fue amaneciendo y una niebla lo cubría todo, cosa que agradecimos bastante puesto que la temperatura era agradable y nos protegía del sol, así fue casi hasta las 12 y entonces nos acordamos de la niebla, el camino de hoy ha sido un poco más largo que el de ayer, y también bastante más feo, pues muchos tramos trascurrían paralelos a la carretera, aun así hemos visto también paisajes bonitos, empezamos a notar el peso de los kilómetros en nuestras piernas y sobre todo en nuestros pies, Juanjose, que esta ejerciendo de enfermero, se esta ganando el jubileo, por el cariño y la paciencia con la que nos cura las ampollas nos da masajes y nos anima, pues Juanjo esta empezando a tener más trabajo.
Hoy hemos observado gesto de autentico compañerismo, cuando alguno de los chicos ha llevado la mochila a quien peor lo estaba pasando.
Me han impresionado dos conversaciones con dos peregrinos muy distintos, uno es un colaborador de los hermanos de San Juan de Dios de Granada que Salio de Madrid el 17 de agosto, y que nos acompaño durante la oración de la mañana, después coincidimos con él durante la eucaristía del peregrino a la que Don Manuel el párroco de Palas, que nos ha dejado los salones parroquiales para dormir y ducharnos nos invito.
La otra conversación con una religiosa, que está haciendo etapas de 46 kilómetros diarios, y que nos transmitió su alegría y sus ganas de camino.
Una comida en los jardines que rodean la iglesia, y un poquito de tiempo libre, para descansar, luego la reunión en grupos para hacer el momento de oración de la tarde y la eucaristía, después en la cena pudimos degustar la empanada gallega riquisima y ahora ya nos preparamos para dormir, a ver que tal hoy que el sitio es más pequeño y no tenemos colchonetas.