miércoles, 22 de febrero de 2012

LA PRIMERA CONFESIÓN



El sábado 18 de febrero tuvimos en catequesis de infancia la celebración comunitaria del perdón. Fueron dos celebraciones emotivas en las que niños, padres, catequistas y sacerdotes compartieron un momento importante en el proceso de preparación de un buen grupo de niños para su Primera Comunión.
Aquí dejamos algún testimonio de quienes participaron en esta fiesta del perdón.

Tanto hija como ambos padres quisieron dejarnos este recuerdo:

“Mi nombre es Sandra y hoy he celebrado mi primera Confesión.
Al principio estaba un poco nerviosa, me temblaban  las piernas.
Llegó la hora, nos dirigimos hacia un sacerdote, mi madre me presentó y yo me senté  y le conté todas esas cosas  que sé que hago mal, pero que no puedo evitar repetir. Al momento me sentí mucho mejor, y tuve la seguridad de que  iba a conseguir  no portarme mal nunca más. Después de la absolución me dirigí al Sagrario para rezar un Ave María. 
Mis padres me pusieron la Cruz y me sentí muy feliz.”
Sandra Carón (hija. En catequesis de infancia)


                                       
“Hoy era un día muy especial. Llevábamos toda la semana sintiéndolo, hablándolo en casa y preparándonos.
¡¡Era el día de la Primera Confesión de nuestra hija!!
Nos levantamos muy temprano, nos preparamos con mucha ilusión y nos dirigimos a la iglesia.
Desde el primer momento me costó mucho controlar mis emociones… ¡Pero es que mi pequeña iba a confesarse por primera vez!
Era una mezcla de orgullo, de satisfacción, de recuerdos y también había nervios. Muchos nervios.
Para mí también es un día muy importante, ¡es el primer Sacramento que nuestra hija iba a tomar siendo consciente! ¡La íbamos a presentar al sacerdote, le enseñábamos el camino!
La vimos por fin sentada frente al Sacerdote, confesándole desde el corazón lo que para ella habían sido sus pequeños pecados, y lo que para nosotros sus padres, solo forman parte del crecimiento y el aprendizaje… “¡Nada que yo no le pueda perdonar!” Pensé… Pues exactamente igual que el Padre Bueno que en ese momento a través del sacerdote la estaba escuchando…
Después nos dirigimos al Sagrario, y con el convencimiento de que Jesús en ese momento estaba allí con nosotros, le rezamos y le dijimos “Gracias Señor, por haber logrado que esto sea posible”
“Gracias por el día de hoy, y por prepararnos para sentir estas emociones”
Madre de Sandra
“Hace unas décadas que bajo la misma acogedora y majestuosa cubierta de la Parroquia de Santa María del Pilar, viví  la misma emoción que hoy he vuelto a revivir.  Los recuerdos se arremolinan, las sensaciones y sentimientos emanan con mucha facilidad. Me gusta recrearme en ellos y lo hago. Entonces buscaba la mirada cómplice y tranquilizador de mis padres. Ahora nos toca a nosotros. Con la mirada clavada en la sonrisa fija, quizás algo nerviosa de mi hija, me siento privilegiado de que podamos volver a celebrar el Sacramento de la reconciliación. La primera Confesión. El segundo que reciben, pero el primero con plena conciencia de lo que ello significa. Espero que marque un hito en las vidas de nuestros pequeños y que realmente les haga reflexionar sobre lo que significa el perdón, a la vez que les haga sentirse aún más unidos a la familia cristiana, a la familia marianista. Ha sido una mañana para no olvidar y queremos expresar nuestra gratitud a todos los que, con vuestro trabajo y dedicación habéis hecho que durante todo”
Padre de Sandra


Por último, una madre también catequista quiso enviarnos esto:

“Recordando cuando era niña y me confesé por primera vez, estaba muy nerviosa, no menos que los niños de ahora, y con un sentido del pecado y el mal de manera distinta a la actual. Antes nos confesábamos individualmente, y no en Comunidad, sólo con nuestros grupos de catequesis, y no se hacían celebraciones del Sacramento de estas características. Como madre me he sentido emocionada por ver a mi hijo confesarse por primera vez, y como catequista, igual de emocionada viendo a mis niñas de catequesis, que así es como las llamo. Como hemos tenido dos grupos en el primer turno y dos en el segundo se han agilizado las confesiones de una manera rápida y sin darnos cuenta. Cuando realizan la Penitencia y los padres les ponen la Cruz el acto se solemniza, ellos sonríen y se muestran contentos al saber que es la que llevarán en su Primera Comunión.
En todo momento fue un acto ordenado y con respeto, y desde aquí mis felicitaciones a los niños, padres, familiares, catequistas, coordinadores y sacerdotes que han hecho posible que el Sacramento del Perdón se celebrase de una manera entrañable.
Muchas gracias”
Alba Coello García (Madre y catequista de infancia).



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