El sábado 18 de febrero tuvimos
en catequesis de infancia la celebración comunitaria del perdón. Fueron dos
celebraciones emotivas en las que niños, padres, catequistas y sacerdotes
compartieron un momento importante en el proceso de preparación de un buen
grupo de niños para su Primera Comunión.
Aquí dejamos algún testimonio de
quienes participaron en esta fiesta del perdón.
Tanto hija como ambos padres
quisieron dejarnos este recuerdo:
“Mi nombre es
Sandra y hoy he celebrado mi primera Confesión.
Al principio
estaba un poco nerviosa, me temblaban las piernas.
Llegó la hora,
nos dirigimos hacia un sacerdote, mi madre me presentó y yo me senté y le
conté todas esas cosas que sé que hago mal, pero que no puedo evitar
repetir. Al momento me sentí mucho mejor, y tuve la seguridad de que iba
a conseguir no portarme mal nunca más. Después de la absolución me dirigí
al Sagrario para rezar un Ave María.
Mis padres me
pusieron la Cruz y me sentí muy feliz.”
Sandra
Carón (hija. En catequesis de infancia)
“Hoy era un día
muy especial. Llevábamos toda la semana sintiéndolo, hablándolo en casa y
preparándonos.
¡¡Era el día de
la Primera Confesión de nuestra hija!!
Nos levantamos
muy temprano, nos preparamos con mucha ilusión y nos dirigimos a la iglesia.
Desde el primer
momento me costó mucho controlar mis emociones… ¡Pero es que mi pequeña iba a
confesarse por primera vez!
Era una mezcla
de orgullo, de satisfacción, de recuerdos y también había nervios. Muchos
nervios.
Para mí también
es un día muy importante, ¡es el primer Sacramento que nuestra hija iba a tomar
siendo consciente! ¡La íbamos a presentar al sacerdote, le enseñábamos el
camino!
La vimos por
fin sentada frente al Sacerdote, confesándole desde el corazón lo que para ella
habían sido sus pequeños pecados, y lo que para nosotros sus padres, solo
forman parte del crecimiento y el aprendizaje… “¡Nada que yo no le pueda
perdonar!” Pensé… Pues exactamente igual que el Padre Bueno que en ese momento
a través del sacerdote la estaba escuchando…
Después nos
dirigimos al Sagrario, y con el convencimiento de que Jesús en ese momento
estaba allí con nosotros, le rezamos y le dijimos “Gracias Señor, por haber
logrado que esto sea posible”
“Gracias por el
día de hoy, y por prepararnos para sentir estas emociones”
Madre de
Sandra
“Hace unas
décadas que bajo la misma acogedora y majestuosa cubierta de la Parroquia de
Santa María del Pilar, viví la misma
emoción que hoy he vuelto a revivir. Los
recuerdos se arremolinan, las sensaciones y sentimientos emanan con mucha
facilidad. Me gusta recrearme en ellos y lo hago. Entonces buscaba la mirada
cómplice y tranquilizador de mis padres. Ahora nos toca a nosotros. Con la
mirada clavada en la sonrisa fija, quizás algo nerviosa de mi hija, me siento
privilegiado de que podamos volver a celebrar el Sacramento de la
reconciliación. La primera Confesión. El segundo que reciben, pero el primero
con plena conciencia de lo que ello significa. Espero que marque un hito en las
vidas de nuestros pequeños y que realmente les haga reflexionar sobre lo que
significa el perdón, a la vez que les haga sentirse aún más unidos a la familia
cristiana, a la familia marianista. Ha sido una mañana para no olvidar y
queremos expresar nuestra gratitud a todos los que, con vuestro trabajo y
dedicación habéis hecho que durante todo”
Padre de
Sandra
Por último, una madre también catequista quiso enviarnos
esto:
“Recordando
cuando era niña y me confesé por primera vez, estaba muy nerviosa, no menos que
los niños de ahora, y con un sentido del pecado y el mal de manera distinta a
la actual. Antes nos confesábamos individualmente, y no en Comunidad, sólo con
nuestros grupos de catequesis, y no se hacían celebraciones del Sacramento de estas
características. Como madre me he sentido emocionada por ver a mi hijo
confesarse por primera vez, y como catequista, igual de emocionada viendo a mis
niñas de catequesis, que así es como las llamo. Como hemos tenido dos grupos en
el primer turno y dos en el segundo se han agilizado las confesiones de una
manera rápida y sin darnos cuenta. Cuando realizan la Penitencia y los padres
les ponen la Cruz el acto se solemniza, ellos sonríen y se muestran contentos
al saber que es la que llevarán en su Primera Comunión.
En todo
momento fue un acto ordenado y con respeto, y desde aquí mis felicitaciones a
los niños, padres, familiares, catequistas, coordinadores y sacerdotes que han
hecho posible que el Sacramento del Perdón se celebrase de una manera entrañable.
Muchas gracias”
Alba Coello García (Madre y catequista de infancia).
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